REAL MADRID 2-3 MILAN
16 Copas de Europa en el campo, los dos mejores clubes del mundo frente a frente, un Milan en muy baja forma. Se daban las condiciones perfectas para que el Real Madrid, que tanto ha invertido con motivo de la final de Champions en el Bernabéu, se luciera ante toda Europa y dijera "aquí estoy yo", justo un día después de la dolorosa derrota de su archienemigo ante el Rubin Kazan. Tras lo visto en la primera parte estoy seguro que nadie daba un euro por el Milan. Pero, cosas del fútbol, los de Leonardo han remontado. Ver para creer.
Salía el Madrid con el once esperado tras la baja de Higuaín, en el que entraban los 4 defensas titulares, Xabi Alonso y Lass en el centro, Granero y Kaká delante con Benzema y Raúl arriba. En el Milan, Inzaghi era la punta de un ataque formado por Pato y Ronaldinho en bandas con Ambrosini, Pirlo y Seedorf por detrás. El Madrid comenzó pronto a pasar por encima de los italianos, cuyos atacantes y centrocampistas naufragaban y dejaban totalmente a sus anchas a los blancos. Por los costados, por el centro, había multitud de espacios libres. El gol no tardaría en llegar. Efectivamente no tardó. Parecía que iba a darse tras un penalty monumental sobre Benzema, pero, al no ser pitado, el gol tuvo que producirse más tarde, gracias a un fallo ridículo de Dida. El partido se antojaba facilísimo para el conjunto blanco, ideal para golear a un grande muy grande como el que tenía enfrente (más por historia que por actualidad, claro está). Sin embargo, en lugar de crecerse, el Madrid bajaría mucho su nivel de juego. Imprecisiones, discontinuidad, poca insistencia. El equipo blanco no sólo no era capaz de machacar a un rival tierno sino que ni siquiera encontraba modo alguno de trenzar jugadas. Su dibujo se convirtió en un rombo con Lass en la derecha, Granero en la izquierda y Kaká en mediapunta, generado por la tendencia del brasileño a estar en el centro siempre, también en presencia defensiva, lo cual obligaba a Lass a pisar la derecha todo el rato para que Seedorf y Zambrotta no se juntaran peligrosamente con Ronaldinho. Personalmente habría creído más conveniente jugar con Granero en la derecha y Kaká más escorado a la izquierda Pellegrini no quiso modificar el dibujo, supongo que para seguir insistiendo en la recepción en el centro del campo y posterior contraataque de Kaká . No había control ni imaginación. El resultado era una alternancia de imprecisiones, sobre todo de Kaká y de Ramos, y de lentitud, escenificada en Granero que, pese a esto, era el que más claro lo tenía todo junto a Alonso. Lo peor de todo es que el Madrid tenía suficiente para vivir tranquilo contra un rival que no daba ninguna muestra de existencia a excepción de Pato, que de vez en cuando rompía a Marcelo. El Madrid jugaba muy mal y ganaba sobrado.
En la segunda parte los de Pellegrini comenzaban con más ritmo y llegada, más conscientes de la oportunidad ante la que estaban porque aún podían dejar una buena imagen. Poco duró ese arreón, justo hasta el gol de Pirlo en un chute lejano que sorprendió a Casillas. Se puede considerar fallo del portero. Por si acaso, Iker regaló un segundo gol prácticamente seguido con una salida absurda. El error de Dida quedaba sobradamente compensado. El resultado no reflejaba lo visto hasta ese momento si bien uno podía y debía recordar al Madrid su conformismo. La situación era increíble, momento para que Kaká tirara del carro. Pero no era la noche del brasileño, totalmente lamentable, sin dar una a derechas, siguiendo el hilo de sus más recientes actuaciones. El partido estaba loco, con un Madrid plantado en campo rossonero aunque sin control. Drenthe tiraba de explosividad para enchufar a su equipo. El Milan estaba vendido otra vez aunque con Pato luciéndose y burlándose de Marcelo y de quienes salían a su alcance. Tan loca era la situación que Drenthe fue el encargado de empatar el choque, que olía a remontada blanca. Casi al final llegaba un gol mal anulado a Thiago Silva, que hacía saltar las alarmas de nuevo. Ya no olía tan bien. La remontada acabó de esfumarse cuando en la única combinación de nivel del Milan Pato marcaba por detrás de Marcelo tras pase magnífico de Seedorf, previa acción de Ronaldinho.
Era partido para ganar y golear a todo un Milan en horas bajas, una victoria que dejase huella en Europa e hiciera crecer al Madrid. Impensablemente el Madrid ha resucitado al Milan y al barcelonismo. Esto ha sido más que una derrota, sin duda, mucho más dura que la del Pizjuán.
-